“Gracias por enviar el material e interesarte por nuestra oficina de representación, lamento comunicarte que no encajas en los perfiles que estamos buscando actualmente.

 Un saludo,”
 "Buenos días.

Gracias por enviarnos tu material y por interesarte por nosotras como representantes. Una vez visto tu material, si encajara dentro del perfil de actores y actrices que representamos, nos pondríamos en contacto contigo para una reunión en la que nos conociéramos y viéramos la posibilidad de trabajar juntos. El plazo de respuesta es de aproximadamente dos semanas, si no has recibido noticias nuestras en este plazo no estaríamos interesadas.

Saludos.”

 Perfil, también conocido como

 “Buenos días:
Hemos recibido tu material correctamente. Pero sintiéndolo mucho, tenemos actualmente la cartera cerrada.
En cualquier caso nos quedamos con tu información. Cuando la situación cambie y busquemos una actriz con tus características nos pondremos en contacto contigo.
Muchas gracias por confiar en nosotros y mucha suerte en tu carrera.
Un saludo,”


O como:

“Encantado de saludarte, gracias por mandar el material y disculpa por el retraso en contestar. Actualmente ando un poco liado y falta de tiempo con algunas incorporaciones pendientes de presentar. Estoy mirando y valorando otro tipo de registros para incorporar, ya lo siento.

Mil gracias por mandar el material y pensar en nosotros

 Un abrazo”

 

Vale a ver, ¿por donde empiezo?

Primero, por dar las gracias a mis amigxs y actrices y actores, y las que no lo son, por su opinión respecto a los temas de los que quiero hablar, en especial a Raquel Martín, ya que fue al ver una historia publicada en su Instagram hace ya un mes lo que me llevo a pensar y escribir sobre esto.

En el video de su itgv, Raquel, como actriz y mujer trans, criticaba que en la recientemente estrenada 4ª temporada de La casa de papel, Belén Cuesta representara el papel de una mujer transexual, al igual que Paco León en “La casa de las flores”, argumentando que no entendía porqué actores cisgénero interpretaban estos personajes, habiendo en la industria actores y actrices transexuales.

Pues bien, para las personas que no sabéis muy bien como funciona esto (yo a veces tampoco lo sé), cuando una actriz o un actor, desea incorporarse al mundo laboral, y hablo del mundo laboral a trabajar en producciones de cine o televisión o de una gran producción teatral, (no hablo de cortometrajes y teatro off), es necesario, en la gran mayoría de los casos, tener representante, por lo general el 95% de las veces, o, tener muy buenos contactos.

Voy hacer un pequeño inciso aquí, sobre mi experiencia en este tipo de producciones

Tres son las que creo que puedo considerar como tal: The Hole (musical y cabaret). Plan de Fuga y Caribe todo incluido (largometrajes). Mi experiencia en ellas ya las contaré en otros post.

Foto: Cristina R. Vecino

En ninguna de ellos (largometraje) tenía un personaje relevante . En ambas, figuración especial, es decir, figuración con varias frases, (vamos, lo que antes era actriz de reparto).

En el caso de The Hole, sí era un personaje principal, pero… yo era la cover, es decir, que cuando la actriz (Vinila Von Bismark) no hacia la función, la hacia yo. En cualquiera de los casos, no he accedido a ellos a través del trabajo de un/a representante, sino por contactos. Y obviamente después de haber realizado el correspondiente casting o mínimo haber mandado el videobook. (menos en uno de los casos)

Lo que quiero decir, es que, aunque en mi carrera todo el trabajo ha llegado de mi mano, es muy importante para las actrices y actores tener un buen representante.

Pero… no es tan fácil.

Dicen que tiene que haber química, entre ambas partes, pero más que química lo que tiene que ocurrir, es que vean que pueden hacer dinero contigo, o que tienes el talento suficiente como para poder moverte, pero, lo llaman PERFIL, vs características, vs registro , vs wherever.

Los mensajes con los cuales empezada este post, son corta y pega de algunas de las respuestas que dichxs representantes te dan cuando les envías una mail junto con tu videobook, para ver si les gustas como actriz y quieren representarte. Pero resulta que no. Que lo que buscan es un PERFIL.

OJO !! No es solo una cuestión de repres, también engloba a directores de casting y otros. Y no todxs te contestan con la excusa del perfil. Hay quien tiene la cartera llena y no quieren coger a nadie más.

La verdad, nunca me ha quedado muy claro esto de los perfiles, características, o registros. Para empezar, me parecen cosas diferentes.

Recuerdo que cuando comienzas la carrera, muchos profesores te dicen que asistas a las clases con ropa negra, para buscar la neutralidad, para no definir a la actriz o al actor, por lo que lleva puesta, para trabajar desde la neutralidad.

Puedo llegar a entender que hay ciertas características en cada uno de nosotros que por mucho que queramos son fisiológicamente imposibles. Ejemplo: obviamente a mis 39 años, no voy a hacer de adolescente , ni de universitaria, ni tampoco de mujer de 60 o más; tampoco  de nórdica, ni de africana, ni oriental; obviamente si piden mujeres de 1,80 porque el personaje es jugadora de baloncesto voy a dar el perfil. Está claro que cada unx de nosotros tenemos un perfil o características físicas que nos limitan a cientos de papeles, y seguramente nuestra manera de ser nos facilite ciertas emociones. Pero, para eso estudiamos una carrera, para eso educamos nuestro cuerpo y nuestras emociones, nuestra mente y nuestra percepción de las cosas, para poder entender a esos personajes que nos eligen para que contemos su historia.

Resulta que ahora, hasta tu manera de ir a un casting, actitud, apariencia física y demás tienen que ir acorde al personaje que buscan. ¿Esto que quiere decir? ¿Qué si yo soy una persona que va en chándal porque entrena mañana y tarde, o porque simplemente porque me gusta ir cómoda, no doy el perfil para un personaje que haga de abogada o de ejecutiva?. A ver, entiendo que facilite las cosas a los directores de casting y que vayas al casting lo más acorde al personaje, pero que te hagan un primer análisis por lo que en ese momento ven, no se si me convence mucho.

Creo y estarán de acuerdos todxs mis compañerxs que una de las razones que nos hacen engancharnos a esto de la interpretación, es experimentar como se ve a través de los ojos de diferentes personajes, como es su vida, que les ocurre. Si al final siempre hiciésemos el mismo personaje, nos aburriríamos, y sobre todo y creo que es algo que pasa, nos encasillaríamos en un mismo estereotipo, como les a ocurrida a muchxs actores y actrices. Es obvio, que hay ciertos personajes en los que brillamos, no voy a decir que no, pero trabajar ese, “perfil” continuamente no ayuda nada  o muy poco, a nuestra evolución como actriz y actor.

Se que esto es una cosa que ocurre al principio, que les ha pasado a (casi) todxs: alguien que vio en ellxs donde brillaban y poco a poco (muy poco a poco) les dieron la oportunidad de sacarles de ese prototipo, para dejarles trabajar otro tipo de personajes.

Pero… ¿no os parece realmente una excusa? Es decir. Mi trabajo como actriz es ser versátil para poder abarcar un amplio abanico de personajes. Pero no, ahora resulta que tienes que destacar por algo, que te haga diferente a las demás. La lotería consiste en que si en el momento que envías ese mail con tu material, se da la casualidad de que algunx de ellxs busque tu «perfil», ganas. Eso o que alguno de sus actores y actrices se haya ido a otra agencia, y tengan un hueco, sumado a que  sí les guste tu trabajo y quieran darte una posibilidad de representarte.

Si ya era difícil, ahora más, que tienes que saber que “perfil das”. Pero tranquilo todo el mundo, que ya se han inventado un curso/dinero nuevo, para que analices que tipo de personaje puedes hacer, perdón, eres. Es decir para que sepas a que estereotipo perteneces.

Raquel Martínez en «Los pecados de Barbara»

Entonces, y me remonto al principio y causa por lo que decidí escribir este post, si se sigue la tónica de buscar un perfil, no me parece justo que las actrices y los actores cisgénero tengamos que hacer personajes transgénero, y principalmente por una razón: porque las actrices y los actores trans no tienen ni por asomo, las posibilidades que el resto. Rara vez a una mujer trans se la da la oportunidad de hacer, por ejemplo de madre, o de cualquier otro personaje en el que no tenga que justificar su condición.

Cuando me he puesto a escribir sobre esto, buscando un poco de información, me he dado cuenta que hay una gran ausencia de hombres transgénero en el cine. ¿Quién quiere tener un hombre trans, teniendo un super macho en la pantalla?.

Laura Corbacho en Paquita Salas

Sí, parece que «echo piedras sobre mi propio tejado», que me contradigo. Y sí, a mi misma me encantaría hacer de hombre, como esa maravillosa Cate Blanchett interpretando a Jude Quinn el alter ego de Bob Dylan en I´m not here a incluso de trans, como lo han hecho algunas actrices y actores en sus carreras, pero no me parece justo. Y he de decir que en España, tenemos a un grandísimo Almodovar, que ya desde sus comienzos daba voz a estos personajes.

Justo ayer, cuando intentaba escribir, hablaba con una amiga, que me recomendaba la tercera temporada de Paquita Salas, donde se ven los dos ejemplos claramente.

Para empezar, pensé en Brays Efe, protagonista de la serie. He aquí el ejemplo, de que los perfiles no son más que una excusa. Puede que en el capitulo 1 de la temporada 1, los primeros minutos de la serie. Pienses: ¿Por qué han cogido a un tio? Pues bien, continuas la serie, y el actor, ha hecho, un trabajo tan maravillo, que ese pensamiento desaparece. Estás viendo a una Paquita Salas, con rasgos masculinos y voz ronca, pero es que, en la vida real, hay mujeres así.

Por otra parte: En el segundo capítulo, de la tercera temporada aparece un nuevo personaje: Laura Corbacho, actriz trans,  y activista del colectivo COGAM,  la cual envía el mismo discurso que mi querida Raquel: “Hasta que yo no tenga acceso a esos papeles, voy a luchar para que nos llamen a nosotras en vez de una actriz cisgénero”, con el cual estoy completamente de acuerdo.

Quizás todo esto, esconde un poco de empatía, y POR FAVOR, lo que voy a decir ahora, no quiero que sea ni por asomo una comparación , porque no la hay, solo es una similitud.

Quizás yo por mi aspecto físico, doy el perfil de una persona segura, de la típica “echada para adelante”, incluso fría y distante. Eso sin entrar en el cliché de mujer de barrio, muy relacionada con el tema de las drogas incluso de la prostitución. Pero, para las personas que me conocen, saben que soy todo lo contrario, bastante insegura, bastante sensible y muy empática. Ni siquiera mi forma de moverme o de expresarme encaja en ese estereotipo, de primeras. Pero resulta que funciona así.  Parece ser que por estar tatuada, no puedo hacer de mujer de entre 35-40 años, a la que le pasa lo que al resto de las personas, sus alegrías, sus tristezas, sus ralladuras de cabeza. Sus amores y sus desamores.  Sus problemas en el trabajo, o en su entorno familiar.

 Pues debe ser que no, de alguna manera, mis tatuajes , si no se tapan con maquillaje, o con vestuario tienen que estar justificados, y lo peor de todo es que esa justificación suele estar orientada al tipo de personajes que ya he dicho antes. Y he de decir, que hasta ahora, el trabajoque he tenido a sido gracias a mi imagen, pero es muy poco, por lo que comentaba antes: nos guiamos por esteriotipos y clichés.

A parte, y los más injusto de todo, es que  prefieren dar el personaje a una actriz no tatuada y hacerla dibujitos , pero que tenga nombre o muchos seguidores en instagram o como he oído en otras ocasiones “cara de protagonista”.

 Y lo mismo ocurre con las actrices y los actores trans. Si no se justifica en el guión que lo son, no tienen cabida en la industria, más que para hacer de figuración, o pequeños personajes.

Por suerte, parece que, poco a poco, las cosas van cambiando, y se empieza a dar oportunidad  y visibilidad a la igualdad.

Aún así hay mucho camino que recorrer.

Es curioso como nos pasamos la vida intentando luchar por la igualdad y los derechos de las personas cualesquiera que sea su raza, su orientación sexual, su color de piel, género idioma, etc, por un lado, y cuando menos nos damos cuenta, de alguna manera, y en el ámbito o momento menos esperado, tendemos a la clasificación y por ello, y en cierto modo a la discriminación.