Llueve.

Siempre me ha gustado la lluvia.

Me encanta vivir en buhardillas o áticos o en casa sin vecinos arriba, porque puedes oir el sonido de las gotas. Me gusta ver como resbalan en los cristales de las ventanas jugando a carreras. O como se van uniendo unas con otras hasta formar una sola.

Ventanas

Siempre me han gustado las ventanas.

No puedo vivir en una casa sin ventanas. Hace tiempo lo hice, (los interiores en Madrid suelen ser muy comunes) y acabé dibujando una en la pared. Tampoco duré mucho en esa casa, la verdad

Soñar con ventanas significa grandes esperanzas y posibilidades.

Me encanta Grandes esperanzas de Charles Dickens. O cualquiera de las tres versiones que hay en cine (que yo conozca) sobre esta novela

Entonces vi que su reloj estaba parado a las nueve menos veinte y que el que estaba colgado en la pared interrumpió también su movimiento a la misma hora.
– Mírame – dijo la señorita Havisham -. Supongo que no tendrás miedo de una mujer que no ha visto el sol desde que naciste.
Lamento consignar que no temí decir la enorme mentira comprendida en la respuesta: – No
– ¿Sabes lo que toco ahora? – dijo poniendo las dos manos, una sobre otra, encima del lado izquierdo de su pecho.
– Sí, señora – contesté recordando al joven que quería arrancarme el corazón y el hígado.
– ¿Qué toco?
– Su corazón
– ¡Destrozado!

Grandes Esperanzas…

Esperanza…

Llevamos 10 días de confinamiento (más o menos). Encerrados en nuestras casas.Y yo 3 días borrando todo lo que escribo desde la línea anterior. Quiero escribir. Pero no me salen las palabras. En ocasiones siento que me bloqueo. Que me paralizo.

Esperanza…

La palabra esperanza viene del latín sperare: ESPERAR.

Y así pasan los días, en nuestras casas, en nuestros balcones, tras nuestras ventanas (los que somos afortunados y tenemos ventana), esperando a que todo acabe, esperando a que nadie de lxs nuestrxs enferme, esperando a que lxs que lo han hecho, recuperen pronto. Esperando a que la dichosa curva pare de adelantar  la de los países vecinos y  que deje de subir el número de contagios y  fallecimientos de una puñetera vez; esperando a que la gente se comporte cívicamente y deje de buscar cualquier estúpida excusa para salir a la calle, porque ya no se si es que no quieren ser conscientes de lo que ocurre o realmente no les llega sangre al cerebro.

Esperando.

No recuerdo que actor (estrella) dijo que: a él le pagaban por esperar.

Mmm… vale, sí, los que tenéis trabajo, (según dicen el 5%). También sabeis lo que es esperar.

Esperar a que os llegue vuestro próximo guion, esperar a que os lleguen vuestras próximas ofertas, para elegir con cual os quedáis. Esperar en los rodajes, en vuestro camerino entre secuencia y secuencia

Pero, luego estamos el 95% restante.

Primero, y después de mandar una infinidad de correos a agencias y representantes, esperas y esperas durante días/semanas a que te contesten.

De 100 puede que te contenten 60. De esos 60 no sabes cuantos de ellxs han visto realmente tu material, y no te han hecho un corta y pega de un texto diciendo que su cartera esta llena, o que en este momento buscan otro perfil. De esos 60, entre 20 y 10 pueden parecer que realmente han visto tu videobook, por la forma de contestar. Y 1, y con muchísima suerte 2 quieran trabajar contigo.

Tanto si consigues tener representante o no, tienes que estar siempre inventando la manera de no parar. En contacto con amigos del gremio, actores y actrices, directorxs, guionistxs, etc, para estar activx., para crear cosas juntxs y apoyarnos en nuestra espera. Mientras tanto y si tienes representante, tienes que esperar a que te convoquen para algún casting, y siempre para algun episódico o una figuración especial porque por desgracia, los personajes principales y secundarios suelen estar cerrados previamente, con lxs actores y actrices que actualmente ya trabajan y rara vez se da la oportunidad a alguien desconocido.

Una vez hecho el casting, vuelves a esperar, esperar a que te digan si sí o si no, esperar a que elijan entre las opciones que tienen por que están entre varios actores o actrices.

Esperar a un SÍ, o a un NO.

Son más los NO, obviamente. Uno tras otro. Y esperas, y esperas a que tu perfil (ya hablaré de esto), encaje. Esperas a que en algún momento tu cara, tu forma de ser, “tu yo que sé”, les valga para un determinado personaje, que será el que te ayude a conseguir trabajo para futuras ocasiones, o no, y puedas entrar en ese 5% de actores que trabajan. Porque puede que durante un tiempo estés trabajando y pudiendo vivir y pagar las facturas, incluso ahorrar con tu trabajo (de actriz/actor) únicamente. Pero no hay nada seguro, que te diga que vas a seguir ahí.  Y puede que se te quiten las ganas de seguir esperando, como se nos quitan las ganas a los que no podemos sobrevivir con ello.

Y te cansas de esperar, y aparece la desesperanza. Te cansas de la incertidumbre, de la inestabilidad, de luchar por algo que nunca llega, o por lo menos en la manera que tu querías.( cada uno que lidie con sus propias expectativas).

Te cansas de que la gente que esta a tu alrededor te diga que no puedes seguir así.  Aparece la frustración, y piensas en tirar la toalla.  Echas la culpa a todo lo exterior a ti, criticas a otros actores, a los directores de casting, al sistema. ( que no digo que no tengan la culpa en parte).

Piensas en tirar la toalla, y en muchos casos ocurre.

Yo, lo pienso miles de veces, pero no lo hago, no puedo dejar de luchar por lo que quiero, porque amo mi trabajo.  No puedo dejar de intentarlo, de buscar la manera de seguir luchando y sobreviviendo. De esperar sin desesperar. De seguir avanzando. Como lo están haciendo miles de personas ahora mismo. Personas que luchan para combatir la enfermedad, todxs lxs medicxs  y personal sanitario que están en primera fila.

Hay que reinventarse, si no te salen las cosas como tu pensabas, busca un plan B, o C, por que siempre hay otras opciones. Pero siempre, estar ahí. Por que si nos paramos a pensar, rara vez, las cosas salen como deseamos. A veces salen mejor, otras hasta peor. Otras sí, y otras no.

A la vista está, que nada es seguro.

Hace 15 días nadie se imaginaba que íbamos a llegar a estar encerrados en nuestras casas.

Mirando a través de nuestras ventanas y balcones. Con la incertidumbre de cuando va a terminar todo esto, que va a pasar cuando acabe, y como va a acabar.  Esperando.

Hace unos días los Psicologxs de la tele decían que iban a ser días difíciles, días de frustración, e incertidumbre.

A mi no me incomoda la incertidumbre, ni la frustración (bueno, un poco sí), aunque hay momentos en los que me gustaría tener mayor nivel de tolerancia hacia ella.

Vivo en una cuarentena, en una espera.  Y hablo como actriz, como podrían hablar muchxs amigxs artistas que se dedican a otras ramas del arte.

No me frustra estar encerrada en casa, aunque me encantaría estar corriendo por la casa de campo o mejor aún por la playa o por al lado del Rio Esgueva.

No me asusta estar encerrada en cuatro paredes, porque hay situaciones en la vida en la que te sientes más encerrada.  Pero tengo miedo, mucho miedo, a no poder despedirme de alguien. A que mis familiares y amigos, solos en sus casas, se sientan más solos aún. Que pierdan la esperanza, que no sepan buscar ese plan b, c o s. Me da miedo que enfermen y no poder hacer nada. Me da miedo que la tristeza. Me da miedo el miedo.

El miedo te mantiene alerta. Pero también te bloquea. Como me bloquea a mi para poder crear. Me paraliza.

Mierda de Miedo.

Pero entre tanta mierda, y entre tanto miedo, aquí está, mi quinta entrada en el blog.